domingo, 8 de diciembre de 2013

Fauna olvidada III

Más "bichos" frecuentes en nuestro entorno más cercano pero que suelen pasar desapercibidos. Otro recordatorio más de lo abundante y hermoso que es el mundo de los insectos.

Tetranychus spp, araña roja, plaga de cultivos y plantas ornamentales

Bombilius major, del grupo de los Dípteros (moscas)

Mariposa Escamas azules (Glaucopsyche melanops)

Libélula rosa en vuelo

Aunque no se trata de una especie ibérica me permito añadir esta foto por la belleza de un
animal tan odiado. Macho recién mudado de cucaracha Blaptica dubia.




Rabúo o mohíno

El pasado verano estuve paseando por el río Alberche. Con el calor que hacía la fauna era bastante escasa, no había más que alguna libélula, mariposas y unas cuantas hormigas. Ya nos volvíamos al coche sin demasiadas fotos cuando vimos a este ejemplar de rabilargo (Cyanopica cyanus) comiendo algo del suelo en la explanada para aparcar. Según íbamos acercándonos veíamos que no huía, de hecho las fotos se las hicimos a escasos dos metros. Siempre los he oído chillar cuando subo a la sierra pero nunca había visto uno tan de cerca. Desde esa distancia se aprecian bien los colores y es un pájaro realmente bonito. Por cierto lo que se estaba comiendo era una alita de pollo que alguien había dejado "olvidada", se nota aquí su parentesco con las urracas.


Se trata de un ave paseriforme de la familia Corvidae (cuervos, urracas, cornejas...). Igual que sus parientes más cercanos habita en bosques y dehesas, aunque su capacidad de adaptación y su gran inteligencia le ha permitido adaptarse a los ambientes urbanos, viéndosele también en parques y jardines. Se le reconoce fácilmente por la cola larga y azul y el capirote negro. Tiene un tamaño algo menor que una urraca, siendo de los córvidos más pequeños que podemos ver en la Península. Lleva una dieta omnívora, que consiste en bayas, insectos, semillas y, principalmente, carroña y restos de alimentos dejados por el ser humano.


Igual que el resto de córvidos es una especie muy sociable que vive en grupos numerosos con interacciones muy estrechas entre sus miembros. Se desplazan en bandadas de hasta decenas de individuos y  crían en colonias en pinares y encinares.








Curiosidad: existen dos poblaciones, una en la Península Ibérica y otra Asia (Mongolia, China, Japón, Corea y Rusia). Esta separación data de hace 1-2 millones de años cuando, durante la glaciación, la especie migró en dos direcciones distintas. Existe otra teoría que habla de una reintroducción de ejemplares en la Península por parte de marineros procedentes de Asia, aunque las pruebas genéticas han demostrado que se trata de dos especies distintas.




Insectos fantasma

Tras una larga (larguísima) pausa me propongo volver y comenzar a publicar de nuevo al mismo ritmo que antes, estas primeras semanas incluso más ya que tengo varios bichillos con los que he tenido el placer de cruzarme en estos meses y quiero enseñaros.

El primero de ellos es esta preciosidad de insecto del orden Phasmatodea (fásmidos, insectos fantasma), donde podemos encontrar especies a los que la evolución les ha dotado de una capacidad para el camuflaje incomparable. Dentro de este grupo se encuentran los insectos palo, como el individuo de las fotos, los insectos hoja y los insectos corteza. Cada uno de ellos presenta una coloración, forma y ornamentos perfectamente adaptados a su hábitat, permitiéndoles mimetizarse con el ambiente y esquivar, de esta forma, a sus numerosos depredadores (aves, reptiles, anfibios, pequeños mamíferos...). Personalmente son unos animales con los que he podido tratar bastante tiempo y que me parecen alucinantes, tanto su aspecto como su comportamiento.


El insecto palo es un insecto folívoro, se alimenta de hojas gracias a su mandíbula que le permite masticas los vegetales. Su dieta incluye distintas especies ibérica como el rosal, la zarza, el espino o el enebro. Estos animales se colocan entre las ramas, prácticamente inmóviles y meciéndose con el aire al tiempo que las hojas para pasar desapercibido. Algunas especies tienen la capacidad, además, de secretar un líquido maloliente para disuadir a sus depredadores, aunque son inofensivos y su mejor defensa es su camuflaje.


Los machos y las hembras suelen diferenciarse tanto en el color como en el tamaño. La hembra pone cientos de huevos, que deposita bajo la tierra, sobre el suelo o en el envés de las hojas. De ellos nacen las ninfas, que realizan varias mudas sucesivas hasta alcanzar el estadío de adulto. Este tipo de metamorfosis se denomina hemimetábola y se caracteriza porque el cambio entre ninfas y adultos es apenas perceptible. Cabe destacar que la mayoría de especies de fásmidos tienen la capacidad de reproducirse tanto por reproducción sexual (participación de un óvulo y un espermatozoide) como por partenogénesis (únicamente participa el óvulo), lo que disminuye la tasa de huevos eclosionados pero permite la supervivencia de la especie sin la existencia de machos. Incluso en algunos individuos criados de esta forma e incubados a altas temperaturas se observa el hermafroditismo, ambos sexos están presentes en el mismo animal haciendo imposible la reproducción sexual.


Curiosidad: existen unas 2.500 especies de fásmidos en todo el mundo, la mayoría se encuentran en zonas tropicales con abundante vegetación y climas cálidos y húmedos. En la Península Ibérica podemos encontrar únicamente tres especies de insecto palo, muy similares entre sí, que son Clonopsis gallica, Leptynia hispánica y Bacillus rossii.


Hembra de Clonopsis gallica en Segovia
 
 
Fásmidos tropicales que mantuve en cautividad hace algunos años. De izquierda a derecha: Extatosoma tiaratum, Phillium siccifolium, Eurycanta calcarata y Neohirasea maerens.


sábado, 25 de mayo de 2013

La cazahombres verde

Tras un largo período de descanso vuelvo con este bichito tan curioso que he encontrado hoy por casualidad, un golpe de suerte, ya que suelen vivir en zonas bastante densas de vegetación. La primavera tan exuberante que ha habido ha debido acercarla mucho a las casas.




Su nombre científico es Micrommata ligurina y aunque a algunos se les pase por la cabeza no, no emite ninguna radioactividad. Su color tan brillante se debe a la necesidad de camuflarse en zonas de vegetación, donde pasa completamente desapercibida entre las hojas. El ejemplar de la foto es una hembra, el macho presenta un abdomen con bandas longitudinales parduzcas o rojizas. También pueden diferenciarse por el tamaño, mietras que el macho apenas ronda el centímetro de longitud la hembra puede duplicarlo.







Su nombre de cazahombres verde nada tiene que ver con su peligrosidad. De hecho su veneno sólo provoca dolor en el punto de la picadura, pero no conlleva ningún riesgo para los humanos no alérgicos. Es una especie bastante frecuente en la Península, pudiendo encontrarla entre la vegetación, donde se alimenta de pequeños insectos.



Curiosidad: los apareamientos tienen una gran duración, pueden llegar a la semana. Tras esto la hembra deposita los huevos en una estructura bajo las hojas, que ella misma construye.