Buho disparado, ingresado en GREFA en 2011. Foto sacada de http://www.grefa.org/ |
Una de las que imagino es la "culpable" de todos estos ingresos son las molestias que causan algunas rapaces a la hora de abatir piezas. Aunque una persona ajena a la caza podría pensar que ésto forma parte de la dificultad y "belleza" de esta actividad muchos escopeteros no están de acuerdo y deben pensar que es más cómodo pegar un tiro a ese bicho que está espantandote las presas y seguir con tu hobby como buen cazador dominguero.
Aguilucho lagunero disparado e ingresado en GREFA en 2011. Foto sacada de http://www.grefa.org/ |
La otra razón, más cruel y repulsiva, es que en días donde la caza escasea nadie quiere volverse a casa sin dar unos tiros. ¿Porqué hacerlo contra una lata habiendo tantos animales por el campo?. Es una razón que explica bastante bien el hecho de que especies de zancudas sean un blanco habitual aún cuando es bien sabido que no constituyen un peligro para las especies cinegéticas y, por tanto, no las ahuyentan.
Cebos envenenados, cepos, cazadores furtivos, disparos "equivocados" o entretenimientos macabros... Son demasiados los peligros relacionados con la mala caza que nuestra fauna debe esquivar y sólo los humanos podemos evitar. Pero no sólo deben ser los centros de recuperación y organizaciones conservacionistas quienes luchen contra ésto. Las asociaciones de cazadores, los cazadores de verdad, deben plantar cara a estos impresentables para cumplir de verdad esa labor consevacionista que juran realizar.
Garza real disparada e ingresada en GREFA en 2011. Se ven claramente los perdigones en su cuerpo. Foto sacada de http://www.grefa.org/
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