Gran parte de la información que encontramos ahora sobre los ecosistemas y la geología de esta época se ha obtenido en los yacimientos del Cerro de Batallones, en Torrejón de Velasco (Madrid). Descubierto en 1991 durante una prospección en busca de sepiolita, ya en sus primeros meses demostró ser una fuente inagotable de restos fósiles en muy buen estado. Tras más de 25 años de campañas anuales de excavación los yacimientos de Batallones, actualmente son 9, están considerados unos de los más importantes de todo el mundo por la gran cantidad de especies encontradas, algunas de ellas muy poco conocidas y por el buen estado de los restos.
Su abundancia se debe a que el sistema de cuevas y aperturas constituyó una trampa para muchos animales, que caían accidentalmente, en el caso de los herbívoros, o que entraban en busca de alimento y de agua, en el caso de los carnívoros, y quedaban atrapados en su interior debido a los desniveles del terreno, de hasta 3 metros en algunas zonas.
Una de las especies encontradas en Batallones es el Magericyon anceps, de la familia de los Anficiónidos o perros-oso, una especie única que no tiene representantes cercanos en la actualidad. Se trata de una mezcla entre lobo y oso, del tamaño de una leona y un gran cazador gracias a su potente cuello, que le permitía matar y descarnar a sus presas con gran rapidez, como han demostrado los últimos estudios del MNCN y la Universidad de Alcalá.
Se han encontrado también restos bien conservados de felinos Macairondontidos o dientes de sable. Gracias a los cráneos completos y mandíbulas recogidas se ha podido realizar el primer estudio sobre la forma de uso de los dientes en estas especies. Ésto ha llevado a averiguar que la forma aplanada de los colmillos los hacía especialmente frágiles por lo que el tamaño, e incluso el borde serrado en algunas especies, les permitía realizar una sección rápida de los grandes vasos y la tráquea, provocando una muerte rápida de la presa que les evitaba golpes y accidentes de caza. Se han identificado restos de dos especies: Machairodus aphanistus, del tamaño de un tigre, y Paramachairodus ogygia, del tamaño de un puma.
Paramachairodus ogygia |
Machairodus aphanistus |
Simocyon batalleri |
Otras especies encontradas han sido osos del género Indarctos y mustélidos del género Eormellivora. Los herbívoros también están representados en este yacimiento. Se han desenterrado cráneos y diversos huesos en muy buen estado de dos especies de rinoceronte, cebras, antílopes, jabalíes, micromamíferos, serpientes y tortugas de gran tamaño. Destacan los esqueletos completo de un jiráfido, dos mastodontes (Tetralophodon) y varios équidos del género Hipparion, similares a los actuales caballos pero con tres dedos en sus extremidades en lugar de uno.
Jiráfido encontrado, esqueleto completo y reconstrucción digital |
Podeis encontrar más información muy interesante en:
- El Cerro de los Batallones en el periódico del MNCN y en su web
- Estudio de Morales et al (2008) sobre los mamíferos miocenos del Cerro de Batallones
Reportaje de TVE2 de los yacimiento de Batallones:
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