sábado, 11 de febrero de 2017

La verdad sobre la caza


Con el aumento de la concienciación por la protección del medio ambiente son muchos los debates sobre si la caza es o no necesaria para la conservación de nuestra fauna. La organización Ecologistas en acción hizo público en diciembre un informe donde, tras revisar más de 80 publicaciones técnicas y divulgativas, dejaba claro que la respuesta es no. De hecho aseguran que esta actividad conlleva incluso un impacto negativo sobre los ecosistemas.

El ser humano ha modificado el medio de forma directa e indirecta, eliminando especies que le provocaban molestias y favoreciendo aquellas que le reportaban beneficios. Esto ha causado un grave desequilibrio que ha provocado (y sigue haciéndolo) crisis como las plagas de topillos o conejos, la superpoblación de especies exóticas, el aumento y acercamiento de especies cinegéticas a núcleos urbanos... Es aquí donde el lobby cazador aparece como solución a todos los problemas. Pero ¿es realmente una solución eficaz y segura?

Actualmente muchos cotos de caza se asemejan más a una ganadería, en la que se crían y sueltan animales para después cazarlos. Es habitual la práctica de alimentarlos artificialmente con el fin de obtener piezas de mayor tamaño y aumentar la tasa de reproducción y la colocación de vallados para evitar la dispersión de las presas, fragmentando los territorios e impidiendo el movimiento natural. Por otro lado estos métodos provocan que aumenten las poblaciones de las especies de interés y que se pierda calidad genética de los animales, que se crían en cantidad, olvidándose de la calidad de los ejemplares.

Tampoco podemos olvidar dos problemáticas asociadas directamente a esta actividad. La primera es la contaminación por plomo. Aunque existen municiones mucho menos contaminantes, muchos cazadores siguen usando este material, que se filtra a las aguas subterráneas y accede a la cadena alimentaria, provocando casos de intoxicación en los eslabones superiores (entre ellas el ser humano). La segunda es la existencia de modalidades poco respetuosas con la fauna. Si bien es cierto que existen cazadores en desacuerdo con muchas de ellas, hay un porcentaje alto que sigue practicándolas. Técnicas como el parany, el tiro al pichón o el uso de reclamos son contrarias a las normativas nacionales y europeas pero siguen practicándose en muchas zonas rurales de España, a pesar incluso de estar algunas de ellas prohibidas.

Observatorio de aves en las Marismas del Odiel
Si analizamos la situación queda claro que la sobervia del hombre le ha hecho creer que puede ser la solución para los problemas que él mismo causa. Quizás la solución está en echar la vista atrás y darnos cuenta de que durante miles de años la naturaleza se ha mantenido en equilibrio sin nuestra "ayuda". Los depredadores, a los que también quieren cazar, juegan un papel muy importante en este control y tal vez la solución sea potenciar actividades respetuosas con el medio ambiente como el turismo ecológico, que han demostrado ser una importante fuente de ingresos para el medio rural.


http://www.ecologistasenaccion.org/IMG/pdf/informe-impacto-caza.pdf
http://www.ecologistasenaccion.org/IMG/pdf/info-verdades-caza.pdf




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