miércoles, 11 de julio de 2012

La Fauna olvidada II

Porque la encuentras a escasos metros de casa y porque sólo hace falta "ver" cuando "miramos" para encontrarla. Algunos la ignoran, otros incluso la detestan y tratan de destruirla por todos los medios. Otra muestra más de animales de pequeño tamaño y gran belleza.

Araña macho sin identificar

Hormiga sin identificar

Carpocoris ¿fuscispinus? chinche de las semillas



Lachnaia spp



lunes, 25 de junio de 2012

Las "polillas pluma"

La naturaleza tiene sistemas de mimetismo impresionantes y estos bichitos son un buen ejemplo de esta capacidad. Creo que las he visto desde siempre, no es un animal espectacular ni llamativo, pero solían aparecer por la mañana pegadas a las cortinas, muy quietas, como si estuvieran muertas. Por el aspecto parecían algún tipo de mosquito, asique rara vez me acercaba demasiado o las llegaba a coger. Hace unas semanas, mientras trataba de identificar una mariposa en un libro de lepidópteros nuevo, me encontré con una foto que reconocía. Me extrañó verla en ese libro, como comento no tenía ni idea de que fueran mariposas, pero me resultó curioso. Hoy, después de meses sin verlas, he encontrado una en el jardín. He hecho un par de fotos y, tentando a la suerte, he tratado de colocarla en una posición mejor. Como era de esperar no estaba por la labor de colaborar en la sesión fotográfica y se ha ido. Pensando que tardaría días en encontrar otra para completar las fotos y subirlas he llegado a casa a medio día y allí había otra, justo en la ventana. Esta vez he sido más prudente y la he metido dentro de la habitación, donde he podido sacarle alguna más. Después de sudar la camiseta un rato para que no se moviera y la perdiera por el cuarto la he soltado, es lo menos que se merecía.



El bichito en cuestión es una polilla de la familia Pterophoridae, característica por presentar una modificación muy especial en las alas, que tienen forma de plumas. Son de hábitos nocturnos, siendo relativamente frecuentes en la época de calor, con la caída del sol, atraídas por las luces de las casas. Sus dos alas anteriores están divididas en dos bandas plumosas y las dos posteriores en tres segmentos, también plumosos. Ésto, junto con la presencia de unas escamas especializadas, les da un aspecto deshilachado, similares a penachos. Lo más llamativo de estas especies es el vuelo, ya que sus alas parecen estar rotas, lo que hace pensar que es curioso que puedan mantenerse flotando en el aire. Es cierto que hacen vuelos muy cortos y bastante torpes.







Hay más de 1000 especies de estos microlepidópteros identificadas, muchas de ellas son endémicas de diferentes zonas del continente Americano. Es por ésto que, aunque son fáciles de reconocer, no lo es tanto asignarles la especie. Tienen un tamaño muy variable, entre 10 y 40 milímetros y presentan coloraciones desde marrón tierra o grisácea hasta blanca. Presentan un cuerpo alargado y estrecho. Mientras están posadas mantienen las alas extendidas hacia los lados y plegadas unas sobre otras. Las patas traseras las colocan en perpendicular a éstas, pegadas a su abdomen, adquiriendo una típica forma de T.






Curiosidad: en España existe una especie de coloración totalmente blanca, algo menos frecuente que la especie de las fotos, denominada Pterophorus pentadactyla.







viernes, 1 de junio de 2012

El "rey" de la noche

A estas alturas poca gente desconoce la existencia de un grupo de aves rapaces que vuelan de noche, cazando roedores muy cerca de los pueblos o, incluso, dentro de nuestras edificaciones. Todo el mundo ha oído hablar del buho real y, siendo cada vez más frecuente en zoos y exhibiciones, mucha gente ha podido verlo en plena acción, volando suavemente o vigilando desde una zona alta con sus enormes ojos.

El Buho real (Bubo bubo) es una rapaz de la familia Strigidae, un grupo de aves adaptadas a la vida noctura, aunque pueden estar activas durante el día, de hecho algunas especies de este grupo pueden cazar con luz. El buho está distribuído en Europa, África y Asia, con poblaciones estables en la Península Ibérica. Se le encuentra en casi cualquier tipo de clima, anidando desde el nivel del mar hasta zonas de gran altitud. Se cree que existen hasta 20 subespecies, que los científicos separan por tamaño y coloración. En España se han identificado dos: B.b.bubo (en Europa, llegando hasta los pirineos) y B.b.hispanicus (algo más pequeño, en la Península).


Es la rapaz Ibérica de mayor tamaño, llegando a los 70cm de altura, 2´5 kilos de peso y 180cm de punta a punta de las alas. Las hembras suelen ser más grandes que los machos. Posee un plumaje muy denso con una estructura especializada en sus plumas para no hacer ruido durante sus vuelos nocturnos en busca de presas. Sus características más claras son sus grandes ojos naranjas y dos penachos de plumas sobre la cabeza a modo de orejas, aunque se trata sólo de una estructura ornamental no relacionada con el oído. Cabe destacar que posee unas potentísimas garras, cubiertas por plumas hasta los dedos, que le hacen aún más silencioso.


Es una rapaz muy territorial, dominando zonas de hasta varios kilómetros, en las que se alimenta y que marca mediante cantos desde las zonas más altas, que pueden oírse hasta a 2Km de distancia. Cada animal tiene un canto diferente, pudiendose reconocer a cada individuo. Se le encuentra con facilidad en zonas rocosas, cortados, riscos o valles fluviales. Se alimenta de todo tipo de animales, aunque en la Península está especializado en la caza del conejo. Sin embargo en zonas de escasez se le ha visto cazando roedores, aves, reptiles e, incluso, algun anfibio.


Ambos sexos viven solos y sólo se juntan para criar, aunque se cree que son monógamos durante toda su vida. Alcanzan la madurez sexual hacia los 2 años de vida. La época reproductiva comienza los últimos meses del año, momento en el que los machos marcarán claramente sus territorios. Sus cantos pueden escucharse hasta principios de año. No construyen nido, suelen usar agujeros en la piedra o incluso pueden criar directamente en el suelo. Los huevos, entre 2 y 6, se ponen entre febrero y abril. Los pollos abandonan el nido hacia el mes de vida, a medio emplumar, y los padres siguen alimentándolos un tiempo. Con 2 meses pueden volar y a mediado de otoño son expulsados del territorio de los adultos.  

Curiosidad: debido a los predadores y a la acción del hombre pocos pollos alcanzan la madurez, aproximadamente sólo un 20% superan el primer año de vida. Se desconoce la longevidad, se cree que en la naturaleza puede rondar los 20 años, aunque en cautividad han llegado a vivir hasta 60 años. Su nombre científico, Bubo bubo, procede del sonido que emiten estos animales.




miércoles, 2 de mayo de 2012

Aguila culebrera muere por la dejadez del 112

No llevaba más de medio kilómetro andado cuando se topó con algo que le cambió los planes del puente. Orlando Álvarez, profesor en Lugo, ecologista, defensor infatigable, y aun en la enfermedad, de sus montañas de O Courel, tiende a tropezarse en sus paseos con atardeceres impagables, músicas imposibles de interpretar, huellas de oso pardo. Pero también con agresiones al paisaje, aberraciones administrativas y múltiples leyes violadas.

Eran, dice, las nueve y media de la tarde. Había parado al fin de llover y salió con Xunco, el perro, a aprovechar la última luz del sábado por la carretera comarcal, cuando a 500 metros de su casa, en Ferreirós, posada sobre un muro y empapada, descubrió un águila. En esto, el ave se precipitó sobre el can, o eso le pareció primero a Orlando, y en la caída acabó atrapada en unas zarzas, patas arriba, “con las alas abiertas y descolocadas”. “Visto ahora, me parece que no quería atacar a Xunco”, repasa. “Solo estaba desfallecida y cayó”.

“Sin tocarla, por el evidente peligro de semejante pico abierto”, relata Orlando, “llamé al 112”, el teléfono de la Axencia Galega de Emerxencias, dependiente de la Consellería de Presidencia. Al otro lado de la línea le dijeron que esperara. Y allí se quedó el amigo de los animales, hora y media junto al águila herida hasta que, ya de noche cerrada, decidió ausentarse un rato e ir a la aldea a buscar una luz. A la vuelta, volvió a llamar al 112. Y entonces le contestaron que “le hiciera lo que quisiera al pájaro”, que hasta el lunes no podría pasarse nadie a recogerlo. “Pero es que es un ave rapaz muy grande, y puede ser muy importante rescatarla”, advirtió en un último intento el ecologista a la voz carente de emoción que sonaba en el móvil.

No valió de nada. Al 112, que se vende en Internet con estadísticas y mapas de actuación en tiempo real, no le importó la suerte del águila. Ni preguntó por la especie, no fuera a ser una habitual de las listas de amenazadas.

Así que Orlando pidió ayuda a los vecinos. Entre varios, con unos guantes y una chaqueta, envolvieron el ejemplar maltrecho y lo metieron en una caja de fruta, cerrado con un cartón y un cordel. Ya en casa, el alma de la Asociación Ecologista SOS Courel, apreciado por muchos vecinos, incómodo para aquellos otros que temen una hipotética declaración de parque natural o para los que viven de las canteras, lo intentó con el hospital veterinario Rof Codina de Lugo. Allí también le dijeron que el fin de semana no tenían disponible ningún experto en aves depredadoras. Eso sí, le aconsejaron que le echara “unos granos” al águila para mantenerla viva.

Lo que pasa es que el ave resultó no ser vegetariana. Los profesores del instituto de Seoane, uno de ellos experto en pájaros, la identificaron como un águila culebrera. Dice Orlando que es más fácil adivinarlo en pleno vuelo, “por el dibujo de las alas”, pero al final, cuando efectivamente llegó a manos de veterinarios, se comprobó que los docentes estaban en lo cierto. Era un águila culebrera europea, de las que pasan el invierno en África subsahariana y en abril vuelven a Europa. Cualquier lugar de Europa siempre que no haga mucho frío, ni demasiada humedad, y abunde su manjar favorito: los ofidios.

Los profesores le recomendaron a Orlando que pusiese la caja en un lugar tranquilo en el que el águila no pasase frío. Después, desesperado, colgó en Facebook, con un comentario, una de las fotos del águila que había tomado su sobrina. Enseguida llovieron las reacciones. Y el domingo a media mañana se presentó en su casa Clara, una de los tres guardas zonales de Conservación da Natureza. Alguien que había visto lo de Facebook dio la alerta. El ave acabó ese día en el centro de recuperación de Avifauna en O Veral (Lugo), y el diagnóstico que transmitió la guarda a la vuelta parecía bueno: el águila estaba “nutrida” y aún “tenía el buche lleno”.

Ayer por la mañana, SOS Courel envió un relato de lo sucedido, con la necesaria crítica a la Xunta, a todos los medios de comunicación de Galicia. Proponía que, una vez recuperada la rapaz, fuesen los alumnos del colegio de Seoane quienes la liberasen. Pero al mediodía telefoneó interesándose por ella. Y en Avifauna le informaron de que había muerto de madrugada.

Orlando, por la tarde, no podía, ni quería, contener su cabreo con el mundo. Con un sistema alfombrado e inútil, ajeno a las huellas de oso y las músicas imposibles de interpretar. Con la “dejadez” y el “nulo interés” de un director general de la materia, Ricardo García Borregón, que “ni siquiera tiene habilitado un protocolo de emergencias con el 112”. Aunque de ello pueda depender la vida de un pájaro.

Fuente de la noticia: http://ccaa.elpais.com/ccaa/2012/04/30/galicia/1335814260_818510.html

El águila, en el suelo, esperando a que el servicio de emergencias llegase

martes, 10 de abril de 2012

El Águila Perdicera desaparece de Talavera

Las asociaciones ecologistas Ardeidas y Seo-Talavera han informado este lunes de la muerte por eletrocución, en un paraje cercano al Cerro Negro, del único macho de águila-azor perdicera que existe en el entorno de Talavera de la Reina (Toledo).

Según han informado en nota de prensa, durante el mes de marzo, técnicos de ambas asociaciones confirmaron que la única pareja de águila-azor perdicera de esa zona no había ocupado el nido donde lo hace habitualmente para reproducirse.

Este hecho, junto con la aparición durante el pasado mes de noviembre de un ejemplar de dicha especie muerto por electrocución en un paraje cercano al Cerro Negro, ha llevado a relacionar que este individuo electrocutado es el perteneciente a la pareja reproductora mencionada.
A juicio de las asociaciones, esta situación es "desoladora", pues se ha perdido un valor natural "innegable", ya que no solo supone una "merma de población" sino la "desaparición por completo en la zona de esta formidable y escasa rapaz en declive".

En ese sentido, han recordado que la presencia de estas "magníficas" rapaces en la zona "atestiguaban la calidad de un hábitat respetuosamente gestionado, con un aprovechamiento sostenible, y a su vez, su presencia garantizaba una sostenibilidad en el futuro".

Desde Ardeidas y Seo-Talavera han lamentado los "desafortunados" hechos, cuya culpa recae en los "descuidos" de la Administración competente, en este caso de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, al "no vigilar el cumplimiento de la normativa para la modificación de los apoyos de líneas de alta tensión".

En opinión de ambos colectivos, otro individuo de águila-azor perdicera muerto por electrocución hace unas pocas semanas en el entorno de Castrejón "atestigua" la importancia de esta amenaza.

Finalmente han señalado que la electrocución es la primera causa de mortalidad para águila-azor perdicera y águila imperial, y han exigido a las administraciones responsables actuaciones "inmediatas" para prevenir futuras muertes en toda la comunidad y en particular en la zona.


jueves, 29 de marzo de 2012

A la caza del lobo

Está claro que es difícil reintroducir o conservar una especie cuando los políticos que toman las decisiones de este tipo de proyectos no se han molestado en mirar, siquiera en la wikipedia, lo que es un lobo. Hace años todos defendían la especie como símbolo de la Península Ibérica. Ahora, cuando su población (aún muy pobre) crece de forma positiva, cada vez se oyen más opiniones en contra de esta "alimaña".

No dudo que cause bajas entre el ganado, de hecho opino que quizás en muchas zonas se promovió el crecimiento de la especie sin pensarlo demasiado y, desde luego, sin tener en cuenta a la gente que realmente iba a convivir con él. Prueba de ello son las múltiples quejas desde el sector ganadero, que ve como su forma de vida, bastante precaria en estos tiempos, peligra cada noche. Durante años no han tenido "enemigos" y ahora, en cuestión de poco tiempo, se ven con el lobo acechando. Pero habría que pensar ¿cómo se evitaban antiguamente los ataques? Quizás deberíamos haber echado una mirada hacia atrás y, antes de tomar ninguna decisión, haber preparado adecuadamente a estas personas. Pastores eléctricos, mastines, cuadras debidamente protegidas...todo esto deberían ser gastos incluídos dentro del proyecto de reintroducción de la especie para evitar los problemas actuales, puede que en parte esté de acuerdo con la frase "si quieres lobo, págalo". Y una buena forma de hacerlo sería el turismo ecológico, cada vez más en auge. En Europa se cobra por entrar en la mayoría de sitios, apliquémoslo aquí también. Con gusto pagaría unos euros por entrar en un parque natural si con ellos sé que se mantendrá el ecosistema, se vigilará la caza furtiva y se reintroducirán especies en extinción.

Por otro lado el lobo choca de frente con los cazadores. Parece ser, según cuentan, que les deja menos piezas con las que entretenerse y les espanta la caza. Ésto, y las ganas que tienen de poder convertirlo en un trofeo más, es una muy mala combinación para la supervivencia de la especie. Esta vez se han llevado un revés con la negativa de Bruselas, pero no dudo que seguirán intentándolo. ¿Quién no quiere una cabeza de lobo ibérico en el salón? (nótese la ironía).

Pero habría que preguntarse ¿qué come el lobo?, está claro que carne, aunque visto lo visto quizá no es tan obvio para ciertos sectores. Lo que no me queda claro es, si molesta cuando caza a sus presas naturales y molesta, lógicamente, cuando caza ganado ¿qué debe cazar?. Creo que antes de tomar cualquier decisión de este tipo deberían haberse planteado muchas cosas. Me viene a la mente una frase que escuché hace tiempo y que viene al pelo: "Ya tenemos al lobo, y ahora ¿qué?".

miércoles, 7 de marzo de 2012

Lepidópteros

Todo el mundo sabe lo que es una mariposa, pero pocos sabrían de qué hablamos al decir "he visto un lepidóptero". El orden Lepidoptera, del griego lepis (escama) y pteros (ala) engloba a todas las especies de mariposas. Aunque las diurnas han evolucionado hasta una especialización del color en sus alas que les hace muy atractivas, la gran mayoría de especies son nocturnas y carecen de esta bella coloración, son las comunmente llamadas polillas. Constituye el segundo orden con más especies dentro de los insectos, estando identificadas 165.000 especies diferentes. En España existen más de 200 especies, algunas de ellas en peligro de extinción por la destrucción de su hábitat. Los lepidópteros son un grupo de ínsectos holometábolos, es decir, nacen de un huevo, pasan una fase de larva y realizan una metamorfosis dentro de un capullo para dar lugar al adulto alado, la mariposa.








Oruga de Melacosoma neustria
Las larvas son las denominadas orugas. En esta etapa poseen un aparato bucal masticador y se alimentan principalmente de materia vegetal en descomposición. Algunas especies prefieren los vegetales frescos, siendo una plaga para algunos cultivos. Debido a que otras especies de insectos poseen también fases larvarias similares la forma de diferenciar una oruga de mariposa de la de otro grupo es que en su abdomen tienen 5 falsas patas, lo que las hace moverse curvando y extendiendo el cuerpo. En esta etapa hay gran dimorfismo entre especies, pudiendo encontrar coloraciones, formas y tamaños muy diversos y específicos. Cuando la oruga ha crecido lo suficiente fabrica una cápsula dura alrededor de su cuerpo, la crisálida o pupa, donde tiene lugar la metamorfosis. Esta crisálida puede llegar también a identificar la especie que alberga.





Pavo real o Inachis io
Los adultos poseen dos pares de alas membranosas cubiertas por escamas coloreadas. Estas escamas tienen aristas a lo largo de ellas que alteran el reflejo de la luz, lo que produce que se vean esos colores tan llamativos, diferentes en cada especie. Las alas también poseen un sistema de venas especie-específico, por lo que es muy importante conocerlo para realizar la identificación. Durante esta etapa, salvo unas pocas especies con capacidad masticatoria que ingieren polen y esporas de hongos y una pequeña parte con un ciclo adulto muy corto que no se alimentan, la mayoría liban el nectar de las flores gracias a una trompa retractil con la que aspiran cualquier sustancia líquida(espiritrompa).






Pareja de Melanargia galathea
Para la reproducción las mariposas utilizan tanto la vista, realizando aleteos determinados, como el olfato. El cortejo consiste en vuelos de exhibición por parte del macho, que también secreta gran cantidad de hormonas sexuales con las que cubre a la hembra. El macho la fecunda, pudiendo colocar también una sustancia pegajosa en el orificio genital para evitar que otros machos copulen con ella y asegurar su descendencia. Tras esta fecundación la hembra pone los huevos (entre cientos y miles según la especie), normalmente pegados a hojas o tallos, de los que se alimentará la larva. Ciertas especies tienen un ciclo adulto muy corto, de hasta sólo un día, cuyo único fin es la reproducción.






Curiosidad: la mariposa Ibérica más grande es el pavón nocturno o gran pavón (Saturnia pyri), una polilla de coloración parda con varias manchas oscuras en ambas alas (ocelos) que alcanza los 15cm de envergadura.

Lycaena phlaeas


Dibujo de Graellsia isabeleae

  

domingo, 26 de febrero de 2012

Cazadores y cazados

Precioso vídeo de algunos de los animales más emblemáticos de nuestra fauna en la dura tarea de conseguir alimento.

martes, 21 de febrero de 2012

El recuerdo de los alimañeros

Hoy todos los partidos políticos incluyen en sus programas discursos ecologistas y conservacionistas en favor de la naturaleza, el medioambiente y la biodiversidad, pero si hacemos un poco de memoria histórica lo sorprendente es comprobar como milagrosamente muchas de nuestras especies han conseguido sobrevivir a la presión predadora del hombre. Las autoridades actuales defienden y protegen al Lince Ibérico al tratarse de una especie en peligro de extinción, pero hace tan sólo sesenta años ese mismo lince estaba considerado como una alimaña y, por lo tanto, podía ser cazado en cualquier época del año y con cualquier método. Entre 1954 y 1962 los alimañeros “cazaron” más de 150 linces.



En 1953 el Servicio Nacional de Caza y Pesca Fluvial creaba las llamadas Juntas de Extinción de Animales Dañinos. Su objetivo era “terminar” con todas aquellas especies que depredaban sobre las poblaciones de animales con interés cinegético  (conejos, perdices, liebres, codornices, etc) que habitaban los primeros cotos de caza, propiedades que en esos momentos estaban en manos de unas cuantas familias de la aristocracia y de la burguesía del régimen. La España rural de la época estaba repleta de campesinos hambrientos que, como buenos conocedores de su entorno y de las especies que lo habitaban, pronto se convirtieron en expertos “alimañeros”. Todo el mundo (niños incluidos) estaba autorizado a cazar alimañas, de forma que familias enteras encontraron en esta actividad una cruel forma de supervivencia. Recordemos que en la España de entonces todavía no se había producido el éxodo de las poblaciones del campo hacia las ciudades industriales.


Dependiendo de cada Junta se podían llegar a pagar 40 pesetas por una gineta; 20 pesetas por un lobo; 10 pesetas por un zorro y 25 pesetas por cada par de garras de águila. Para medir el volumen del exterminio basta apuntar que algunas Juntas de Extinción llegaron incluso a tener problemas económicos para hacer frente a los pagos por tanta alimaña muerta. Se calcula que los alimañeros masacraron al menos 4 millones de animales, de los cuales 19.000 eran rapaces. Y estas cifras tan sólo son aproximadas, porque muchos de los animales muertos ni siquiera pasaban por las Juntas, ya que eran vendidos a mejores precios a taxidermistas, coleccionistas, empresas de pieles, etc.


Para medir la dimensión del “genocidio” podemos leer las memorias anuales del Servicio Nacional de Caza y Pesca. Por cierto, que en 1956 el mismísimo Jefe de la Guardería de la Reserva de Saja fue premiado con 10.000 pesetas por las autoridades del régimen. Su logro era haber abatido seis lobos adultos. Entre 1954 y 1962 los alimañeros cazaron en España, entre otros miles de animales, un total de 1.470 lobos; 53.754 zorros; 4.256 ginetas; 3.479 gatos monteses; 104 nutrias; 1.339 tejones; 4.304 turones; 4.216 alcotanes; 2.044 halcones; 10.161 milanos; 1.038 buhos; 234 gavilanes; 1.207 aguilas reales; 3.809 aguilas de diferentes especies; 1.357 aguiluchos; 18.733 lagartos…. Tan sólo en Toledo se mataron 107 linces y 163 águilas reales, mientras que en Guadalajara la matanza de águilas reales alcanzó los 745 ejemplares. Y el exterminio aún duraría unos cuantos años más.





 

Afortunadamente, dentro de la catástrofe en España tan sólo funcionaron Juntas de Exterminio en dieciocho provincias (Asturias, Badajoz, Cáceres, Ciudad Real, Córdoba, Cuenca, Granada, Guadalajara, Huesca, Jaén, Lugo, Palencia, Salamanca, Santander, Soria, Teruel y Toledo). Dado que un buen alimañero podía llegar a cobrar hasta 10.000 pesetas anuales por los animales capturados, si las Juntas hubieran llegado a la totalidad del territorio hoy muchas especies de nuestra fauna ibérica tan sólo sobrevivirían en los museos o en el recuerdo. Ganaderos y propietarios de cotos con intereses cinegéticos y con fuertes ramificaciones políticas estuvieron detrás de la “política exterminadora” a la que fueron sometidas muchas especies. Tanto es así que incluso formaban parte mayoritaria de las Juntas de Extinción, que eran las encargadas anualmente de señalar cuales eran a su juicio las “alimañas” que debían ser objeto de caza en su territorio y de estipular las cantidades a pagar en cada caso. Como siempre con dinero público se defendieron intereses privados, aunque fuera a costa de poner en peligro nuestra biodiversidad.



Afortunadamente, en la década de los setenta en nuestro país comenzó a calar una incipiente conciencia ecológica y los poderes públicos decidieron entonces que los alimañeros debían desaparecer, aunque en muchos casos se mantuvieron activos hasta el final de sus días, aunque esta vez fuera de forma ilegal más o menos consentida por las autoridades locales, demasiado dependientes de los “terratenientes” de turno.
En nuestros días la filosofía del alimañero se quiere mantener viva de alguna forma en la figura del Especialista en Control de Predadores, encargados principalmente de diezmar las poblaciones de zorros. Estos “especialistas” están legalizados por algunas Leyes de Caza territoriales, e incluso en algunas publicaciones cinegéticas se enorgullecen de haber dado muerte a unos cuantos cientos de zorros y de pertenecer a una rancia estirpe de alimañeros.



domingo, 19 de febrero de 2012

Los "mosquitos gigantes"


Hembra de Típula (3cm)
Son muy grandes, recuerdan mucho a los mosquitos y vuelan mal, por lo que suelen chocar una y otra vez contra las personas, la mayoría de las cuales piensan que se trata de algún bicho mutante que le está atacando de forma implacable. Nada más lejos de la realidad. Esos "temibles" insectos son típulas, unos dípteros emparentados con las moscas, totalmente inofensivos. La familia Tipulidae (género Típula), también llamados zancudos o sacaojos, contiene más de 4200 especies en total, con individuos que van desde los 2mm hasta los 10cm dependiendo del clima. Es una de las familias de dípteros más extensas y una gran parte de ella fué descrita y estudiada por el especialista Charles Paul Alexander.










 
Detalle de la cabeza y los halterios
 Poseen un cuerpo fino que, en las hembras, termina en un ovopositor puntiagudo, lo que muchos confunden con un aguijón. Sus patas son muy largas y estrechas, con una constitución delicada. Durante el vuelo las llevan colgando y se les desprenden fácilmente, lo que podría constituir un mecanismo de huída ante el ataque de predadores. Las alas, grandes y transparentes, suelen estar extendidas mientras descansan, lo que las hace muy visibles junto con su gran tamaño. A pesar de ello son muy malos voladores, sólo recorren pequeñas distancias y de una forma lenta y poco eficaz. Como todos los insectos tienen un segundo par de alas que, en estos animales (igual que en el resto de dípteros) han evolucionado para formar dos pequeños balancines o halterios. Su cabeza, pequeña y alargada, no contiene piezas picadoras como los mosquitos, por lo que no entraña ningún riesgo para personas o animales.



Larva de típula
Habita en todo tipo de climas, frecuentando las zonas húmedas próximas a los ríos o lagos. Se cree que sus largas patas pueden ser una adaptación para posarse en la hierba, donde se les suele encontrar en la época calurosa en grandes concentraciones. La hembra pone los huevos sobre especies vegetales como la alfalfa o el trébol y de ellos nacen las larvas, alargadas y cilíndricas, de vida acuática o terrestre y que pueden hibernar con la llegada del invierno. Algunas de estas larvas se alimentan de raíces, constituyendo una plaga, aunque sólo se han identificado un 2% de las especies en estadío juvenil. Los adultos se alimentan de nectar o, incluso, no se alimentan y constituyen una fuente de proteína importante para aves, peces, anfibios, reptiles y pequeños mamíferos.


Curiosidad: la hembra pone entre 800 y 1000 huevos, esta gran cantidad hace que entre abril y noviembre sean muy frecuentes los encuentros con alguna de ellas. No causan ninguna picadura ni pueden dañar a nadie, por lo que bastará con atraparla cuidadosamente con la mano y liberarla.


Hembra adulta de Típula oleracea (5cm) con su abdomen
terminado en punta (ovopositor)

Perfil de hembra de T. oleracea,
cabeza alargada y
patas largas y estrechas

miércoles, 11 de enero de 2012

Fauna olvidada I

Cuando hablamos de Fauna Ibérica no siempre nos referimos a los medianos y grandes animales. La "microfauna" ibérica es muy variada e interesante de observar, se puede localizar casi en cualquier zona y es raro ver dos animales idénticos. Sólo hace falta un poco de atención para no perderse esa gran parte de nuestra diversidad...

Escarabajo de cuello rojo (Heliotaurus ruficollis)

Sin identificar

Avispa amarilla o común (Vespula vulgaris)

Falsa viuda negra o araña de armario (Steatoda grossa)

Polilla sin identificar

Mosca común (Musca domestica)

domingo, 8 de enero de 2012

Apadrinar un animal salvaje

Mucha gente quiere ayudar a proteger nuestra fauna autóctona pero no sabe qué puede hacer. Son muchas las formas de colaborar con nuestros vecinos animales: no realizar actividades que dañen la biodiversidad (pesca o caza incontroladas o liberación de especies exóticas), mantener nuestro entorno y zonas que visitamos limpias de desperdicios, no capturar ni dañar a los animales salvajes, tener cuidado para no dañar sus refugios o zonas de alimentación, evitar el uso de venenos para roedores o insectos, favorecer el empleo de herbicidas y otros tratamientos agrícolas naturales, colocar comederos, realizar labores de educación en centros escolares o en nuestra propia familia para inculcar el respeto por el medio ambiente...

Liberación de un buitre leonado
Otro medio que pocos conocen es la colaboración con Centros de Rescate. Muchos de ellos son privados, por lo que reciben unas subvenciones mínimas de los ayuntamientos o comunidades que no dan para llevar a cabo los objetivos que persiguen (proyectos de cría en cautividad y liberación es especies amenazadas, creación de espacios protegidos y controlados...). Una preciosa forma de colaborar es mediante el apadrinamiento. ¿En qué consiste? Muy sencillo. Nosotros damos un aporte económico periódico que depende de cada centro, con el que se costearán tratamientos veterinarios, alimentación, mantenimiento de instalaciones... A cambio tendremos un animal apadrinado del que nos informarán sobre su evolución. El día que va a ser liberado nos avisarán para poder asistir y colaborar en este precioso y emotivo acto que aseguro que se queda grabado para siempre. Ver como el animal sale de su transportín o de entre tus manos para correr o volar libre es un momento muy intenso, sólo unos segundo que se quedan grabados en la mente para siempre. Una forma maravillosa de colaborar con el medio ambiente y un regalo muy original para niños y no tan niños.

Si estás interesado en ayudar contacta con el Centro de Recuperación más cercano y te informarán de todos los programas de colaboración que ofrecen.


Liberación de un jabato perdido

Liberación de un zorro que quedó atrapado en un cepo


Liberación de varios cernícalos vulgares en Madrid

Liberación de un ratonero en la sierra de Madrid




¿Qué hago si encuentro un animal salvaje?

Casi todo el mundo en algún momento ha encontrado un animal salvaje, lo ha cogido y lo ha llevado a casa. Muchos le hemos puesto leche y pan, sin importar la especie que fuera. En la gran mayoría de los casos esos animales no necesitaban ser rescatados y pocos días después muchos veíamos como morían, sin conseguir siquiera que se alimentasen por si solos. Por esta razón, y para evitar confusiones sobre si un animal necesita o no nuestra ayuda, hago este pequeño resumen, por estaciones, de los casos que podemos encontrar.

OTOÑO E INVIERNO - En esta época los animales migran y con el frío pocos animales siguen activos, principalmente encontraremos aves y grandes mamíferos, por lo que no es frecuente cruzarse con ningún individuo. Por la época todos serán jóvenes y adultos totalmente independientes, los encuentros más habituales van desde heridos por los cazadores (cuidado, pueden ser peligrosos), accidentados (principalmente por golpes durante las tormentas o por atropellos) o capturados por alguna mascota mientras se refugiaban en zonas cercanas a las casas.

PRIMAVERA - En unas cuantas semanas empezará de nuevo la primavera y con ella la época de cría de muchas especies autóctonas. Creo que es recomendable recordar que muchas especies son independientes desde el momento del nacimiento, por lo que no necesitan cuidados humanos de ningún tipo (por ejemplo los reptiles y anfibios). Otras especies, principalmente aves y mamíferos, salen del nido o guarida cuando aún son pequeñas y están al cuidado de sus padres, para comenzar a investigar los alrededores. En muchos casos estos individuos son confundidos con huérfanos, como ocurre con rapaces nocturnas, urracas o herbívoros como los corzos. Cuando ésto ocurre la gente tiende a cogerlos y llevarlos a casa, donde la gran mayoría mueren o son condenados a una vida en cautividad. Cuando encontremos una cría, salvo que sea demasiado pequeña o corra peligro, lo mejor es dejarla, si se trata de un pájaro, en una rama de un árbol cercano. Sus padres se encargarán de seguir alimentándole. Hay que procurar no separarle mucho para que puedan localizarle. Durante la primavera ciertas especies también despertarán de su letargo y comenzarán a buscar su primer alimento en mucho tiempo y una pareja con la que reproducirse. En este momento se desplazan grandes distancias, pudiendo cruzar carreteras, aparecer en zonas cercanas a poblaciones... Algunos reptiles incluso pueden haber pasado el invierno en huecos en las casas, en casetas del jardín o incluso en armarios eléctricos, dándonos la sorpresa cuando vamos a acceder a ellas con la llegada del buen tiempo. Lo mejor en estos casos es dejar que el animal siga su camino sin ofrecerle atención de ningún tipo.

VERANO - la época de cría en algunas especies se alarga por lo que podremos encontrar animales cuyos padres están aún alimentándolos. A finales de primavera muchas rapaces y mamíferos se independizan de sus padres. Aquellos que se encuentren en una zona con poco alimento pueden aparecer débiles. En estos casos lo mejor es contactar para que veterinarios especializados se encarguen de su recuperación.

Es muy importante tener en cuenta que SÓLO debemos coger a aquellos animales que estén heridos o bien se encuentren en una zona donde corran peligro. SIEMPRE deberemos llevarlos a un centro especializado y no tratar de recuperarles nosotros mismos. Las pautas a seguir cuando encontramos un animal salvaje herido o que debemos rescatar de una zona de riesgo son:

  1. Si se trata de un animal pequeño capturarle con una toalla o trapo de forma que no pueda lesionarnos y con cuidado de no dañarle (cuidado con las plumas en las aves). Si se trata de un animal grande o potencialmente peligroso (reptiles venenosos o cuya especie desconozcamos y grandes mamíferos) llamaremos al 112 para dar el aviso a las autoridades más cercanas. Debemos quedarnos en el lugar hasta que los encargados de capturale aparezcan, intentando mantenernos a una distancia para no estresar al animal.
 
  2. Mantenerle en una caja de cartón o, si no es posible, en cualquier recipiente de donde no pueda escapar y donde no pueda dañarse. Debe estar en un sitio de temperatura media, oscuro y tranquilo. No molestarle para verle ni hacerle fotos. NO debemos ofrecerle COMIDA ni AGUA, si está enfermo puede agravarse el problema e interferir con los tratamientos veterinarios que haya que aplicarle.

  3. Buscar inmediatamente la dirección del Centro de Recuperación de Fauna Salvaje para que procedan a su recogida o, directamente, llevarle para que los veterinarios le revisen lo antes posible. En estos centros se encargan de tratar al animal y posteriormente de liberarle en zonas controladas con poblaciones de su especie. NO se debe intentar curarlo en casa ni mantenerlos como MASCOTAS, ya que no se adaptan a la cautividad y la gran mayoría mueren. Esisten una enorme variedad de especies exóticas muy adaptadas al manejo y que podremos mantener sin problemas.


Dejo aquí un enlace al listado de Centros de Recuperación de Fauna Autóctona de España