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martes, 28 de marzo de 2017

Nuestra fauna en el MNCN de Madrid

Creado por Carlos III en 1771, el Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid es uno de los centros de investigación más importantes de todo el país. Su orígen, como Real Gabinete de Historia Natural, fué gracias a Pedro Franco Dávila, comerciante criollo nacido en Guayaquil (hoy la República de Ecuador) que reunió una de las colecciones más importantes a nivel particular y que se convirtió en uno de las mayores instituciones en la materia de toda Europa, ocupándo el cargo de directos del RGHN hasta su muerte en 1786.
Actualmente el museo cuenta con más de 6 millones de ejemplares distribuidos en varias colecciones y más de 70 investigadores, siendo uno de los centros emblemáticos del CSIC.

Hacía unos cuantos años que no iba por allí y este fin de semana, aprovechando la inauguración de la exposición Océanos, decidí darme una vuelta y echar un vistazo a otras dos colecciones muy interesantes e "ibéricas", las dedicadas al Mar Mediterráneo y a la Sierra de Guadarrama.


Esta exposición, que estará en el museo de forma temporal, está basada en el material de rodaje del documental Oceans (en España Océanos, la Película, que podéis ver aquí y que recomiendo a todos los que no la hayan hecho ya, porque las imágenes son espectaculares), una de las mayores producciones de todos los tiempos, que requirió de más de 500 personas y 7 años de trabajo. El resultado, a la vista está, mereció la pena. En esta exposición podemos ver maquetas, animales naturalizados, información de las investigaciones de oceanografía del CSIC o restos óseos, como el esqueleto completo de un Rorcual común (Balaenoptera physalus) de más de 10 metros.
Es una visita muy entretenida. Si os recomiendo que, si vais a ir en fin de semana, compreis las entradas por internet en la web del museo para evitar colas y que las busqueis a primera hora porque a partir de media mañana hay bastante gente y se disfruta menos.


Esqueleto de Rorcual común (Balaenoptera physalis)

Restos naturalizados de tiburón martillo y pez sierra


Mediterráneo, naturaleza y civilización 
Desde Océanos pasamos a esta exposición permanente del museo, donde se exhibe la fauna más destacada del área Mediterránea Española. Está distribuída en dos salas. La primera, dedicada al mar, cuenta con una colección de restos de animales marinos de moluscos, crustáceos, peces y aves. En ella se explica la importancia de los ecosistemas marinos, las Reservas marinas actuales o el impacto del hombre en este medio. Hay que destacar los restos de un calamar gigante de 7 metros de longitud, encontrado en Fuengirola (Málaga), que se muestran conservados en alcohol junto con una maqueta del animal en vida.
La segunda sala se centra en la fauna terrestre más representativa de nuestra Península e incluye tanto animales naturalizados como lobos, avutardas u osos como una importante muestra de restos fósiles recogidos en nuestro país y que permite hacerse una idea de cómo eran los ecosistemas y la fauna hace varios millones de años.

Reproducción de la bioluminiscencia del calamar
Corales y gorgonias conservadas

Aves marinas naturalizadas. Arriba el Frailecillo y abajo pardelas, albatros y cormorán grande y moñudo.
Macho y hembras de avutarda común (Otis tarda)
Familia de lobo ibérico (Canis lupus)
Restos fósiles


Fauna del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama
Finalmente pasamos a la exposición temporal basada en el Parque Nacional más cercano a la ciudad de Madrid y uno de los más recientes añadidos a la red. Un recorrido por su historia geológica, ecosistemas, fauna y flora. Sin desmerecer los impresionantes ejemplares magnificamente naturalizados, entre ellos águilas reales e imperiales. algunos con casi 100 años de antigüedad, he de reconocer que la colección de insectos que se muestra me dejó totalmente enamorada. En concreto el calendario entomológico de la sierra es digno de ver, tiene más de 800 ejemplares disecados e identificados, distribuídos por meses en que están presentes en el parque. Un impresionante trabajo de observación, recolección e identificación dado que alguno de ellos no miden más que 1 milímetro.

Tejón (Meles meles)
Panel con los reptiles y anfibios del PN de la Sierra de Guadarrama

Calendario entomológico del parque



domingo, 15 de marzo de 2015

En tierra de avutardas

Después de mucho tiempo con la salida en mente el pasado fin de semana, por fin, la llevamos a cabo. Costó organizarla pero mereció la pena. Aunque parezca mentira estábamos a menos de una hora de Madrid, entre Cuenca y Toledo. En un paisaje castellano manchego donde predominan las viñas y los campos de cereal pudimos ver varias bandadas del ave más grande de la Península y una de las aves voladoras más pesadas que se conocen.

Hablo de la avutarda común (Otis tarda). Es un pájaro emparentado con las grullas y los sisones, pero de mayor volumen y peso. Es la única especie del género Otis y una de las joyas de la fauna Ibérica. Vive en grupos, muy marcados durante la época reproductiva, que comienza en marzo. En ese momento los machos, más grandes y con unos penachos de plumas blancas a ambos lados del pico llamados barbejos, reunen y cortejan a las hembras mediante las "ruedas". En ellos exiben su plumaje y realizan bailes muy aparatosos. La hembra no construye nido, aunque si escava un pequeño agujero en la tierra donde pone entre 2 y 3 huevos. Tras menos de un mes los pollos eclosionan, siendo ya capaces de correr y alimentarse por si solos. Tienen una esperanza de vida que ronda los 10-15 años, pero no alcanzan la madurez sexual hasta los 4-5 años, por lo que su reproducción es bastante tardía y limitada.




Los machos llegan a pesar hasta 18Kg, las hembras raramente superan los 10Kg. Son capaces de dar grandes vuelos aunque llevan una vida principalmente terrestre y prefieren desplazarse por suelo ante una amenaza. Se alimentan de granos, semillas, hierbas e incluso de pequeñas aves, roedores y reptiles que puedan encontrar. Su gran tamaño les exige una necesidad elevada de alimentos que deben buscar en amplios territorios.



Aunque hay que conocer las zonas donde se mueven, una vez allí es fácil tener un encuentro con ellas. Su plumaje se camufla a la perfección con el suelo pero es frecuente ver sus siluetas en las rasantes. Me sorprendió comprobar que, a pesar de su tamaño, lo que les dificulta un despegue rápido como el que realizan las aves de pequeño tamaño, son animales relativamente confiados. Son capaces de localizar el "peligro" a varios cientos de metros pero permiten el acercamiento con cierta facilidad. Ésto quizás se debe a los pocos depredadores que posee. Su gran tamaño hace que pocos carnívoros puedan atacarlas y, de hecho, a excepción de los zorros su mayor amenaza son los humanos, tanto de forma directa por la caza ilegal como indirecta por la destrucción de su hábitat. La mecanización de los cultivos de uva junto con el abandono de las tierras suponen para la especie un obstáculo moderno que deben superar temporada tras temporada. A pesar de que los esfuerzos protecionistas han permitido un aumento de la población en los últimos años su estado oficial sigue siendo el de especie vulnerable.






La especie se distribuye por varias zonas de Europa central, Asia hasta China aunque es nuestro país el que alberga al 50% de la población mundial, con un censo aproximado de 24.000-26.000 ejemplares en todo el país.