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sábado, 28 de enero de 2017

El Manzanares revive

No es difícil encontrar referencias a este río en cuadros y escritos antiguos. En el siglo XVIII eran de sobra conocidos sus cambios de caudal, provocando inundaciones en las épocas lluviosas y convirtiéndose en verano en un pequeño canal de agua creando una zona propicia para los cultivos. De hecho fueron muchos los gobernantes que trataron, sin éxito, de construir estructuras que permitieran estabilizarlo y hacerlo navegable.
Fué a finales del siglo XIX y principios del XX cuando, habiéndose descartado como fuente de agua para la ciudad, comenzó a limitarse su uso a actividades lúdicas y como lavadero, lo que fué destruyendo su cauce y contaminando sus aguas. En los años 40 y 50 el río se canalizó y se controlaba su caudal abriendo o cerrando las esclusas. El Manzanares, que apenas un siglo antes había sido un río limpio y vivo se convirtió en una pequeña masa de agua sucia donde la fauna y la flora habían desaparecido.


En 1983 Enrique Tierno Galván decidió introducir un grupo de Ánades, aumentando rápido su población junto con la de cisnes. Pero en 2004, con el inicio de las obras de soterramiento de la M30, el Manzanares quedó prácticamente muerto después de años de maltrato. Las aves se fueron río arriba y abajo y los pocos peces y reptiles que aún sobrevivían fueron muriendo. En 2014 el aspecto que presentaba a su paso por Madrid mostraba una fuente de suciedad donde debería haber un río.

Fuente: http://www.abc.es/madrid/20151021/abci-manzanares-muerto-201510202024.html


En 2015 la concejalía de Medio Ambiente junto con Ecologistas en Acción comenzaron a desarrollar un plan de renaturalización del Manzanares que vió la luz en 2016. Se decidió abrir las compuertas y, de forma natural, el río se va recuperando a pesar de su pasado. Actualmente el Ayuntamiento está en contacto con el Museo de Ciencias Naturales para la identificación de especies pero, en apenas un año, la vegetación, y con ella la fauna, han reaparecido en Madrid. Se han identificado especies que llevaban casi un siglo desaparecidas de la capital, entre ellas aves el Martín Pescador o la Garza Real y se espera que en los próximos meses se incorporen otras nuevas y se establezcan grupos estables de cría en primavera. El siguiente proyecto consiste en utilizar la depuradora de viveros de la Villa para la cría de peces autóctonos que se puedan reintroducir para mantener controladas las poblaciones de especies invasoras como la perca sol o el pez gato, que ya se observan de forma habitual en todo el río. Aún se desconocen las especies de reptiles y anfibios que se encuentran establecidas aunque ha habido avistamientos de culebra de agua y galápago leproso, lo que hace pensar que en pocos años pueda haber poblaciones estables de especies en riesgo en la capital.


Algunos de los habitantes habituales del río

El aspecto actual del cauce


Fuente de noticia e imágenes
http://www.elmundo.es/madrid/2017/01/24/5886620d468aeb09328b4602.html





martes, 12 de abril de 2011

Galápagos autóctonos y exóticos

Mucha gente tiene en su casa un galápago autóctono. La mayoría saben que se trata de una especie salvaje, muchos de ellos la cogieron en un río o una charca hace años, cuando era frecuente verlas en la riveras. Sin embargo otros la encontraron en el jardín o en un parque y pensaron que se trataba de una mascota abandonada.


Galapago europeo (Emys orbicularis)
En España podemos encontrar dos especies salvajes: el galápago leproso (Mauremys leprosa) y el galápago europeo (Emys orbicularis). Ambos están protegidos, por lo que su tenencia en cautividad está totalmente prohibida. Sin embargo aún hay mucha gente que ni siquiera sabe de su existencia y creen que los ejemplares que aparecen de forma habitual son las típicas tortugas de Florida. Los que saben que se trata de un animal salvaje suelen desconocer esta prohibición y, salvo excepciones, tratan de mantenerlos en las mejores condiciones posibles. Lo que no saben es que las poblaciones de ambas especies son cada vez más escasas y que cada uno de los individuos que hay en las casas es importante para su supervivencia en los ríos de toda la Península.



La gente que conoce la especie, que sabe su situación y que, aun así, decide cazarlos seguirá haciéndolo, poco se puede lograr con estas personas. Lo que trato de conseguir con esta entrada es marcar, punto por punto, las diferencias entre los galápagos de florida y los galápagos leprosos (más abundantes y, por tanto, más frecuentes de encontrar) para evitar que una confusión les condene a vivir fuera de su hábitat.

Durante el invierno los galápagos leprosos se aletargan hasta tal punto que sólo suben unas pocas veces a respirar a superficie. Hacia febrero, con la subida de la temperatura, vuelven a reactivarse y comienza su período reproductivo. En junio-julio las hembras abandonan el agua para buscar un sitio donde poner sus huevos. Durante estos meses llegan a recorrer grandes distancias. Ésto, unido a que el ser humano ha invadido su hábitat, hace que sea frecuente que entren en parques, jardines o que crucen carreteras y caminos. Muchos de ellos mueren atropellados, atacados por perros, heridos por las segadoras o, simplemente, son encontrados por personas que los confunden con tortugas de florida y los llevan a casa "adoptados".

Para evitar esta confusión, mediante fotos, haré una compación con las especies más frecuentemente encontradas en los comercios, Trachemys scripta scripta y Graptemys psudogeographica.


CAPARAZÓN - De izquierda a derecha: M. leprosa, T. scripta y G. pseudogeographica

PLASTRÓN - De izquierda a derecha: M. leprosa, T. scripta y G. pseudogeographica

MARCAS CABEZA - De izquierda a derecha: M. leprosa y G. pseudogeographica

MARCAS CABEZA Y CUELLO - De izquierda a derecha: M. leprosa Y T. scripta



Si tienes en tu casa un ejemplar de galápago autóctono o conoces a alguien que lo tenga poneos en contacto con el centro de recuperación de fauna salvaje más cercano, ellos lo recogerán, lo rehabilitarán y lo pondrán el libertad en un sitio seguro para que los grupos de cría se mantengan sanos.